domingo, 25 de octubre de 2015

Así no "Vale"



Penúltima carrera de moto GP del año, Malasia. Valentino Rossi puede ganar su décimo título mundial. Sólo Jorge Lorenzo podría arrebatárselo. Empieza la lucha en la pista y Dani Pedrosa se va del grupo, seguido de Lorenzo. Luchando por la tercera posición, de forma agresiva, pero dentro de las normas, Marc Márquez y Valentino se adelantan entre sí hasta catorce veces. El espectáculo es fantástico. Entonces ocurre lo que "Vale" nunca querría que hubiese ocurrido. Algo que, sin duda, empañará el final de su brillante trayectoria deportiva, ya sea con nueve o con diez campeonatos del Mundo. Me viene a la memoria el cabezazo de Zinedine Zidane.
Valentino cierra el paso de Marc, le mira hasta tres veces, calcula y suelta una patada (probablemente buscando el freno trasero de la moto de Marc) que acaba con el español por los suelos. A partir de ese momento la carrera ya no tiene importancia. Hay unos límites que no pueden ser sobrepasados y, menos, en un deporte en que una caída puede costar una vida. Es impresentable tirar a un compañero con intención.
Valentino todavía tenía una oportunidad: Podía abandonar la carrera e ir a pedir disculpas a Marc, que afortunadamente salió ileso de la caída. Renunciar, probablemente, a ese campeonato, que, consiga o no, será recordado por esta acción. Entonces Valentino sería el gran campeón que casi todos creíamos que era. No se puede ganar a cualquier precio. Valentino siguió la carrera rumiando lo que había ocurrido y las explicaciones que podía dar para justificar lo injustificable. Pero hay cámaras instaladas en las motos, en helicópteros... nada pasa inadvertido. Me hubiese gustado ver a Valentino, un tipo que siempre me ha agradado, diciendo que se había equivocado y que asumía su error, aunque le costase el Campeonato. Pero parece que Valentino quiere ganar este Campeonato a cualquier precio e intentó explicar lo ocurrido de una forma distinta a cómo todos lo vimos. Nadie le quitará nunca su maestría como piloto, pero ha perdido gran parte de la magia que también tenía como persona, como personaje. Me pregunto si realmente cayó Márquez o cayó "el mito", Valentino. 

miércoles, 20 de mayo de 2015

El "negro" de Serrat


Admiro profundamente a Joan Manuel Serrat en su faceta de compositor. Palabras de amor, Mediterráneo, Romance de Curro "el Palmo", Penélope, Tu nombre me sabe a hierba, Aquellas pequeñas cosas ... Todas estas composiciones son sublimes, pero todas tienen, al menos, veinticinco años. Quizá las musas hayan estado de vacaciones todo este tiempo. Pero lo cierto es que tantos años de sequía creativa han provocado que se llegue a especular con el hecho de que todas esas canciones no fueron compuestas por Joan Manuel. Hay quién dice que tenía un "negro" que escribió aquello de "sin ti mi cama es ancha" y tantas otras frases magistrales. Y que esta persona falleció o, por alguna razón, jamás volvió a componer nada para él. Mientras no se demuestre lo contrario, Joan Manuel es un genio. Pero, ¿cuántas veces se lleva la gloria quién no la merece y permanece en el anonimato el verdadero héroe? ¿Quién inventó el teléfono? ¿Seguro que fue Graham Bell?  

sábado, 16 de mayo de 2015

El bull terrier que se fue


Sucedió en La Coruña y no me lo contó el viento. Fue mi hija quién me puso en antecedentes y pensé que quizá podría ayudar. Acababan de atropellar a un perro y su dueño lloraba con desconsuelo. Apenas nos separaban cien metros del lugar del suceso, en la calle Juan Flórez. Efectivamente, allí estaba, seguía allí, tendido en la acera sobre un charco de sangre. Era un bull terrier blanco de unos seis meses que pertenecía a un chico de unos veinte años que maldecía su suerte. Su padre, de unos cincuenta años, acababa de llegar. Se desahogaba gritando a tres policías municipales por su ineficacia. El pobre can agonizaba desde hacía media hora sin que nada hiciesen que cambiase aquella muerte anunciada. Fue todo un despropósito. Un descuido del joven, un atropello de un coche que no se detuvo. Alguien tomó la matrícula. Pero, sobre todo, había una autoridad desconcertada, sin un protocolo para actuar ante un hecho semejante y un perro que se despedía del mundo de los vivos. Acaricié al animal buscando su respiración y latidos. Creo que estaba a punto de irse, pero le quedaba un hilo de vida. Una hora antes era un cachorro alegre, vigoroso, juguetón. Los municipales llamaban a veterinarios de la zona que contestaban que les acercasen el cachorro a la clínica. No digo que no mostrasen pena por lo ocurrido, pero se mostraron totalmente ineficaces y distantes. No podemos hacer nada, tienen que quitar al perro de la acera, sentenciaron. Eso fue lo que decidieron después de marear la perdiz durante unos cuarenta minutos eternos. Disponíamos de una toalla que nos facilitó una peluquera cercana. El perro ya no respiraba y su corazón no latía. Tenía la cabeza destrozada, con los sesos sujetos sólo por la piel, pero fuera del cráneo. Probablemente no sufrió demasiado, pues perdió la consciencia en el momento del impacto. Probablemente, nada se podría haber hecho. Eso les transmití a los dueños más por consuelo que por conocimiento. Les ayudé a colocar al perro, que en realidad era hembra, sobre aquella toalla. El animal estaba caliente y desprendía ternura, pero todo había terminado. Fue lamentable, triste, surrealista …. ¿Algo así ocurriría en París o Londres? ¿Realmente somos Europa? Sugiero que la próxima vez que ocurra algo semejante tengan unas pautas que seguir. Algo que transmita confianza y seguridad a los viandantes. Al fin y al cabo, se trata de vidas, aunque no sean personas.