domingo, 5 de enero de 2014

Los hombres y el cinco de Enero

Todos los días cinco del mes de Enero se produce un hecho generalizado entre los hombres. Sus caras se transforman, son caras de preocupación, de desesperación en algún caso. Deambulan por las tiendas con la mirada perdida, buscando un regalo que agrade a sus esposas, a sus novias, a sus parejas. Es un espectáculo ver la cola del Corte Inglés, sección de Perfumería, media hora antes de que cierre el establecimiento. Consultan a la dependienta de turno intentando convencerse a sí mismos de que han dado con el regalo adecuado. Normalmente, es lo primero que han elegido, pero sin duda, quieren creer que han acertado. La dependienta asiente mientras piensa lo contrario de lo que afirma, pues sabe que seguramente acabará conociendo en persona a la destinataria del regalo. Porque aunque el hombre hubiese errado en la elección, quizá poco meditada, quizá un poco precipitada, pero sin duda, acertada (para él, claro está), existe el ticket regalo, que es un gran invento. Porque a fin de cuentas, un ticket regalo es con lo que obsequian la mayoría de los hombres a sus mujeres, a sus novias, a sus parejas, el día de Reyes. La mañana del seis de Enero, en la mayoría de los hogares españoles, se repite el mismo ritual año tras año. Se escuchan las mismas frases, tales como "no es que sea feo, es que no es mi estilo", "sabes que el verde no me favorece", "pero còmo quieres que me meta en una talla 38".... Se escuchan reproches del estilo de "es que no te has molestado", "eres un desastre, siempre haces igual, lo dejas todo para última hora"....  Todo acaba con una amenaza de que el próximo año te lo compras tú y así aciertas seguro.

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